Al hilo del post de ayer recupero una anécdota. Recientemente encontré entre mis viejos correos este mail interno que envié a algunos miembros del staff de la agencia. Fue hace ya casi tres años, el 23 de marzo de 2007. Lo reproduzco a título de curiosidad, reconvirtiendo al anonimato a los clientes concretos… en aquella época trabajábamos en un plan de comunicación convencional para un distribuidor y fabricante de informática, así que hay que reconocer que el tema se prestaba para que planner (yo) y creativos investigáramos y reflexionáramos en esta línea. El caso es que en aquel momento, por primera vez, presentamos una propuesta rompedora con un gran peso de Internet, los foros, los blogs y los espacios de opinión de la red. Por aquel entonces, Twitter daba sus primeros pasos y Facebook aún se presentaba como una página para reencontrar a la gente de tu instituto:
“Con [elclientedemarras] hemos planteado una estrategia en la que el componente vírico y el boca a oreja en el mercado de abastos que es hoy día Internet es fundamental. Detectar las webs, foros, blogs y demás que crean prescripción en este medio, e intervenir en ellas creando tendencia favorable a nuestro cliente y su marca es una forma complicada, pero muy segmentada y cualificada de obtener la máxima rentabilidad de tus impactos.
Por seguir la metáfora del mercado, en Internet yo no necesito tanto el apoyo de la vendedora del puesto que grita «¡fruta fresca!» como el apoyo de la vecina que le dice a la otra: «No compres la fruta en ese puesto, hazlo en aquel otro que me han dado mejores naranjas y más baratas».
[elclientedemarras] puede ser el campo de pruebas para un tipo de servicio -que ya se afinará, estoy «disparando» sobre una idea- que seguro que ya hay gente a otros niveles dándolo, complementario a la labor de gabinete de prensa: LA HIPERPRESCRIPCIÓN.
A lo que voy es a un plus de servicio en nuestras campañas (un plus, y por tanto cobrable o utilizable como argumento de competencia, que es otra forma de cobro) que implica la potenciación de la marca de nuestro cliente en aquellos ámbitos digitales cualificados que crean opinión entre los destinatarios finales de su producto.
Por ejemplo:
– Un plus para [otroclientedelaépoca] es la participación en foros muy especializados de música hablando del festival; conseguir que haya una mención al festival en aquellos blogs que siguen los más frikis de la música, etc.
– Un plus para un fabricante de coches es que, a título particular, entremos en las comparativas que los usuarios hacen de sus vehículos en ciao.com.
– Hiperprescripción, de alguna manera, se hizo cuando yo le dije a Joaquín los 4 ó 5 blogueros a los que tenía que enviar su libro para que todo aficionado al cómic de España se enterara de su existencia. Y funcionó.
La cuestión (el reto) es llegar a sistematizar esto en un servicio medible, porque resultados da.
Se trataría de llegar a un proceso en el que:
– Se detectan aquellos nichos de prescripción en Internet.
– Se estudia cómo obtener una mención por parte de los prescriptores (bloggers, por ejemplo, a través de participación en comparativas y test de producto).
– Se empieza una riada de participaciones en estos ámbitos siempre coherente con los atributos de la marca (no estoy haciendo spam, sino hablando con la gente en su propio lenguaje, comunicándome y aprendiendo para saber más de ellos y así saber más de mi marca).
Naturalmente esto tiene un coste para nosotros y no es pequeño; en esfuerzo es, como mínimo, igual a llevar un gabinete de prensa.
Bueno. [elclientedemarras] nos va a servir como banco de pruebas para avanzar en todo esto, pero yo creo que los tiros en Internet van por aquí.
¿Qué opináis?
V.”
Ni que decir tiene que por aquel entonces no todo el mundo lo vio muy claro… 😉
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