
Al final parece que esto va en serio. Lo que empezó por un dubitativo “Si hay tantos millones de usuarios en Facebook… ¿no deberíamos estar nosotros en Facebook?” por parte de las marcas, se va convirtiendo en una disciplina seria y sistemática, en un trabajo profesional realizado por profesionales (community managers, social media strategist, etc.) que entienden las dinámicas sociales y lingüísticas de estos nuevos espacios y que intentan cultivar la reputación y la imagen de marca en la era 2.0.
Ahora este nuevo ámbito del marketing debe demostrar que, en efecto, ha alcanzado esa madurez. Se trata, en el fondo, de lo de siempre: de estrategia y de resultados. Estrategia de cara al usuario de Internet para llevar la marca a aquellos espacios donde será de veras relevante, y comportarnos en dichos espacios con coherencia y no como vulgares spammers. Y de resultados, porque eso es lo que quieren los clientes. Quien haya tratado con equipos de marketing de grandes marcas sabe cómo están obsesionados con los resultados palpables y traducibles en incrementos de su cuenta de resultados. Igual que los programadores de televisión necesitan buenos resultados de audiencia que avalen su gestión, sobre el director de marketing de una gran corporación pende la eterna espada de Damocles del ROI en publicidad y comunicación.
En los próximos días vamos a ver los retos a los que se enfrenta el marketing en los Social Media. Atentos a esta pantalla.
