Resulta cuanto menos curioso que en un momento tan convulso en términos políticos y económicos como el que vivimos, la gente aún tenga energía para movilizarse por cuestiones sociales más «costumbristas». Pero es precisamente este fenómeno el que explica un poco la psicología de las masas subyacente a las redes sociales de Internet: se trata de un proceso capaz de hiperconectarnos y movilizarnos para lo grande y para lo pequeño, para lo crucial y para lo anecdótico. De ahí la impredictibilidad del fenómeno, es muy difícil prever con exactitud no ya los efectos de una acción sobre la reputación online corporativa, que se pueden intuir, sino su intensidad.
Hace solo unos días se divulgó la noticia de que el cartel luminoso de Tío Pepe de La Puerta del Sol no volvería a la ubicación que lo albergaba ya desde antes de la Guerra Civil. Aunque parece que los dueños del edificio no tenían muchas ganas de que siguiera, es muy probable que Apple (cuya Apple Store es la nueva inquilina) quisiera quitarse de encima, nunca mejor dicho, el gigantesco y folclórico luminoso.
Hasta ahí bien. Pero no ha tardado en movilizarse toda una masa de ciudadanos molestos que consideran el anuncio algo emblemático, y parte de la identidad de la propia plaza, al igual que un monumento público. Un símbolo igualable al toro de Osborne creado por Manolo Prieto en 1956. En cuestión de horas Twitter y Facebook superaron los 2.000 usuarios pidiendo la vuelta del cartel a su ubicación original.
En Twitter se creó el usuario @tiopepesol, al tiempo que nacía la plataforma Tío Pepe por siempre en Sol, con grupo de Facebook y una petición en la plataforma Change.org.
¿Por qué sucede todo esto? Porque como decía el anuncio de Aquarius, «El ser humano es extraordinario».
Desde Verso Social Media hemos querido poner nuestro granito de arena en la solución del conflicto creando nuestra propuesta de nuevo cartel. ¿Qué opináis?
¿es verdad que la manzana de apple se a comido a tio pepe?