Llega el gran momento en el que has decidido difundir tu empresa, tu marca y tu producto/servicio en las redes sociales. Entras a Facebook, miras las opciones y dices “ah, ya me acuerdo, meto un email, unos datos, pongo mis datos personales, de nombre coloco el de la empresa, el apellido mejor lo dejo vacío…”. Damos por hecho que la presencia de nuestro negocio en Facebook es lo mismo que nuestra propia presencia, y esto no es así.
Tal vez a los que tenéis ya una presencia dilatada en redes sociales este post os parezca que trata un tema demasiado trillado, pero la realidad pone de manifiesto algo muy diferente. La situación se repite cada día: “Restaurante La Pachanga quiere que le aceptes como amigo en Facebook. Ayuntamiento de Batiburrillo quiere que le aceptes como amigo en Facebook. Empresa X quiere […]”. Y luego encontramos esos perfiles de marcas con 500 “amigos”, que celebran “cumpleaños”, que estudiaron en la Universidad de Andorra o en Los Maristas, etc. Si este es tu caso, debes saber que lo estás haciendo mal. Porque una marca, una empresa, una institución, una ONG, no son una persona.
En primer lugar con un perfil personal para nuestra empresa estamos, en cierto modo, engañando al resto de perfiles que sí son personales y que comparten fotos, vivencias e intimidades con personas escondidas bajo identidades como el Bar X o la Asesoría Y. Pero sobre todo estamos perdiendo una serie de funcionalidades que Facebook pone a disposición de las empresas y que son muy interesantes.
1. Las posibilidades de “customización” de la página son mayores: puedes trabajar tu logo o imagen corporativa de forma más creativa, puedes crear secciones en las que incluyas elementos de tu web o vídeos de Youtube, puedes diseñar una página de bienvenida para los que aún no han hecho clic en ‘Me gusta’, etc. Hay además toda una serie de aplicaciones que facilitan esta tarea, como Easypromos que te permite lanzar tu promoción por sorteo o por cupones…
2. El conocimiento de tu público y el control de los contenidos que compartes es muy superior. Cada página tiene una sección de estadísticas que, como ocurre con Google Analytics en el caso de las webs, te permite saber qué características demográficas tienen los usuarios de tu página (hombres, mujeres, edad), qué contenidos se han visualizado más, se han compartido más, han sido más valorados… es decir, qué ocurre en tu página y con tus contenidos.
3. No estarás vulnerando las normas de funcionamiento de Facebook, que prohíben expresamente la utilización de perfiles personales para la representación y difusión de empresas, lo cual podría llevar al cierre de tu perfil sin previo aviso con la subsiguiente pérdida de contactos, fotos, notas, etc.
4. Con una página de empresa se tiene una imagen más profesional, menos amateur. Los usuarios de Facebook saben que existen las páginas de empresa, participan a diario en juegos y promociones en estas páginas, hacen clic en ‘Me gusta’, y son conscientes de que las marcas que se hacen “amigas” a través de perfiles personales son en realidad empresas “de segunda fila”, cuya comunicación es llevada por gente aprofesional.
5. El tema de los amigos y los fans. Es bien cierto que los seguidores de una página de empresa o institucional hay que “currárselos”. No falta nunca quien te dice “pues esa página que vosotros lleváis tiene 170 seguidores y yo con un perfil personal tengo 427 amigos”. Y esto es cierto, es más difícil llevar a la gente a que haga clic en ‘Me gusta’ a que acepte ser ‘amigo’ tuyo. Pero, ¿cómo sabes hasta qué punto esos amigos siguen tus publicaciones? ¿cuántos de tus contenidos son compartidos por esos amigos en sus muros? Y todo esto es lo esencial. Volvemos al punto 2: monitorizar la cuenta con estadísticas es lo más importante, más vale tener 150 fans que sigan tus contenidos, los compartan y difundan, que 500 que pasen de todo. Nosotros hemos visto páginas con 50 fans que conseguían más de 8.000 visualizaciones de contenidos. Y páginas con 270 que no pasaban de 5.000 visualizaciones. ¿Por qué? Porque las primeras tenían una audiencia más entregada, interesada y proactiva.
6. Además, son gratis. Algunas personas piensan que las páginas de empresa tienen un coste, pero esto no es así. Son gratuitas, igual que los perfiles personales. Otra cosa es que ya hablemos de anuncios pagados, que es el sistema de publicidad que tiene Facebook, pero no debemos mezclar conceptos.
¿Cómo crear una página en Facebook? En tu perfil, abajo del todo, al final del contenido de tu muro, tienes el enlace ‘Crear una página’. Sigue las opciones que te da… ¡es muy fácil! Además podéis administrarla entre varias personas.
Tengo ya un perfil personal con muchísimos amigos, ¿debería crear una página y “migrar” mis contenidos? Sí, sin duda alguna. Hace unos meses Facebook implementó un sistema automático para convertir los perfiles personales en páginas corporativas, pero lo cerró porque daba muchos problemas. Así que la migración es mejor hacerla por el método directo: crear una página, introducir contenidos en ella e ir avisando a nuestros amigos del perfil personal de que deben hacer clic en ‘Me gusta’ en la nueva página.
Y muy importante: no tengas miedo de preguntar. Ante la duda, si quieres hacerlo bien, muchas empresas como VERSO Social Media pueden prepararte una página de aspecto totalmente profesional, y darte unas sencillas indicaciones sobre cómo llevarla. Todo por un precio muy, muy asequible. Y si no tienes tiempo ni gente para llevar adelante esta tarea y quieres que nos ocupemos de difundir tu imagen en las redes sociales, seguro que tenemos también un servicio que se adapte a tus necesidades y a tu presupuesto.