Hace unos días daba en este post mi opinión de que el fenómeno del Social Media Marketing se fundamenta en tres pilares: el tecnológico, el sociológico y el comercial. Hablemos un poco del segundo.
En efecto, como ha sucedido con otros recursos de la red anteriormente (con la propia web y el correo electrónico, incluso) se han ido creando ciertos soportes tecnológicos que sugerían ciertas posibilidades, pero han sido los propios usuarios los que han explorado de verdad dichas posibilidades, elevando experimentos a la categoría de medios. Sólo así se puede explicar el fenómeno Twitter, que ha pasado de ser una chorradita para decirle al mundo lo que vas a comer hoy a convertirse en un instrumento que hace temblar gobiernos, proporcionar información periodística allá donde los demás recursos han sido dinamitados, como en Haití, o convertirse en un auténtico hervidero de inteligencia colectiva. Podría decirse que si la comunicación y la cultura 2.0 son el zeitgeist de los tiempos que nos ha tocado vivir, Twitter es el auténtico termómetro de dicho Zeitgeist. Es el cerebro colectivo del hormiguero.
Pero, ¿qué lleva a la gente a compartir frenéticamente información relevante o irrelevante, mezclada con reflexiones personales y anécdotas? Supongo que la razón bajo este fenómeno es que el hombre es un animal social y todas estas redes son la elevación a infinito de esa socialización que llevamos instalada de fábrica en nuestro sistema operativo.
Por otra parte también es verdad que todas estas plataformas dan cierta satisfacción a nuestro ego y a ese puntito exhibicionista que todos tenemos.
Y hablando de ego… hace unos días comentaba con mi colega @fjherrera13 que Twitter tiene un punto que refuerza el ego más que Facebook. Incluso en la propia terminología:
- Donde FCB dice «amigos», Twitter dice «seguidores».
- La parroquia de facebook es el colegueo con el que ir de bares.
- La audiencia de Twitter «te sigue».
- Eso junto a los 140 caracteres que convierte cualquier reflexión en una especie de aforismo…
@fjherrera13 me contestaba que a él le había enganchado más twitter que facebook. Y utilizaba la siguiente analogía (genial como no podía ser de otra manera…):
«Facebook es un bocadillo de jamón con tomate y queso. Está muy pero que muy bueno…pero sólo te puedes comer uno. Mientras que twitter es como las pipas: como comas una estás perdío«.
Entonces digo yo que esto del blog será como el entrecot a la pimienta con un Juan Gil en la copa, ¿no?
Venga, me voy adonde las pipas.
